«El próximo avance en la economía circular relativa al reciclaje de botellas de plástico –obviando la importancia de la reducción y la reutilización– debería ser la implementación de una mejor cadena de gestión de residuos, algo que se lleva demandando muchos años. Materiales cuyo reciclaje tiene un impacto medioambiental muy superior al plástico, como el vidrio o el papel, gozan de un sistema de gestión de residuos privilegiado. Reciclar vidrio implica transportar un material de elevado peso que se funde a temperaturas superiores a los 500 ºC, lo que implica una notable huella de carbono. En el caso del reciclaje de papel, el principal impacto medioambiental está en el gasto de agua que requiere. En cambio, los plásticos son ligeros, funden a baja temperatura y su reciclaje tiene una huella hídrica poco significativa. Así que, si se implantase un sistema de recogida y gestión para los plásticos similar al del vidrio o el papel, los plásticos se acabarían convirtiendo en los materiales más sostenibles para fabricar botellas y otros envases. Si a esto se le suman tapones del mismo material, solo faltaría diseñar una forma de mantener el tapón pegado a la botella que de verdad fuese cómoda de usar.»